sábado, 22 de agosto de 2020

Problemática 015: La Guerra Encubierta


Problemática 015:  La Guerra Encubierta ¿estrategia  de la guerra híbrida o un tipo de guerra imperialista?

TEXTOS DE ESTUDIO

1.     Las guerras encubiertas del siglo XXI. Por Sandy E. Ramírez Gutiérrez

2.     Teoría de conspiración.  Por Daniel Espinosa

3.     Guerras encubiertas. Por Piero Gleijeses

4.     El entramado de la Guerra No Convencional. Por Angélica Paredes López

5.     Israel acusado de llevar a cabo una Guerra encubierta en Oriente Próximo. Por Subcomandante Marcos

6.     Guerra encubierta de Israel contra el programa nuclear iraní. Por Subcomandante Marcos.

7.     Imágenes de una guerra encubierta. Por Hugo Cores

8.     Guerra no convencional. Por Editores Wikipedia.

9.     Operación encubierta. Por Editores Wikipedia.

10.  Operación Encubierta. Por Jon Rappoport

PREGUNTAS GENERADORAS

1.- ¿Cuáles son los cinco aspectos más sobresalientes que tienen en común los textos de estudio?

2.- ¿Cómo está involucrado EEUU con sus instituciones en las guerras encubiertas contra quienes define como sus adversarios?

3.- ¿Cuales son las principales herramientas que usa EEUU en las guerras encubiertas?

4.- Haga una relación de los argumentos del actor agresor para llevar a cabo guerras encubiertas que han destacado los autores en sus textos.

Las guerras encubiertas del siglo XXI.

Por Sandy E. Ramírez Gutiérrez

 

Alai, 15 septiembre, 2017

REDH-Cuba, 20 septiembre, 2017

 

En medio de la violencia generalizada que recorre América Latina, el crecimiento de los cuerpos militares especiales, nacionales o estadounidenses, es una pista que no debe dejar de seguirse.

We operate and fight in every corner of the world.[1]

Raymond A.  Thomas, US SOCOM

La guerra infinita es la marca de nuestros tiempos.  El Departamento de Defensa estadounidense (DoD) ha sido el principal arquitecto de un escenario colmado de guerras: preventivas, contra el terrorismo, el crimen organizado o supuestos gobiernos autoritarios.  Sin embargo, la lógica de estas guerras ya no consiste en hacerlas para que un bando salga victorioso sino para “mantener los territorios en situación de guerra porque [estas] ya no son el medio, sino el fin” (Ceceña, 2014).

El 11 de septiembre de 2001 fue el punto de inflexión en el modo de hacer la guerra.  A las fuerzas convencionales, se sumó cada vez más el despliegue de los cuerpos de fuerzas especiales.  Aunque su origen proviene de la guerra de Vietnam y de la creación del Comando de Operaciones Especiales (SOCOM) en 1987, fue a partir del 2001 que sus operaciones se ampliaron para abarcar el planeta entero bajo las más diversas modalidades, particularmente en la guerra contra el terrorismo.  La operación más llamativa de este tipo de cuerpos militares es el asesinato de Osama Bin Laden en Pakistán en 2011 a manos del equipo SEAL 6 —uno de los cuerpos de élite del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC)—, al que se suman otros como los Army Delta, Rangers, Green Berets, etcétera.  Soldados altamente entrenados para actuar en tierra, mar o aire, se distinguen por su carácter reptante: actúan en pequeños grupos clandestinos, encubiertos, que operan con, o por medio, de las fuerzas militares locales, con altos niveles de riesgo (JCS, 2014: I-1).  Entre sus tareas no sólo está la acción directa en medio del conflicto (con tácticas antiterroristas, de guerra no convencional o contrainsurgencia) sino las acciones diplomáticas encubiertas, el reconocimiento de los territorios, el entrenamiento de fuerzas de seguridad de otros países, y la asistencia humanitaria (JCS, 2014: II-3).

El rango de acción de estos cuerpos sobrepasa el protocolo militar y el derecho internacional, por lo que son idóneas para intervenir en guerras irregulares y asimétricas, es decir, en aquellas donde se enfrentan actores estatales y no estatales.  Si se trata de un país aliado, las fuerzas especiales pueden apoyar con entrenamiento a las fuerzas militares, participar en operaciones de contrainsurgencia, antiterroristas y de estabilización para acabar con “insurgencias, resistencias o terroristas”.  Cuando se trata de países hostiles, cualquier insurgencia o resistencia es apoyada con operaciones de guerra no convencional para acabar con ese estado (JCS, 2014: II-2).

Este tipo de cuerpos militares son parte central de las guerras desatadas en este inicio de siglo.  Aunque estas fuerzas sólo reciben 2 por ciento del presupuesto del DoD, estos gastos han crecido aceleradamente en la última década.  Entre septiembre de 2001 y 2014, los recursos que recibió el SOCOM se triplicaron (de 3 mil millones de dólares a 9.8 mmd) y el personal total alcanzó los 70 mil elementos en 2017.  Según el SOCOM, actualmente hay cerca de 8 mil soldados de élite operando en más de 80 países, aunque su presencia se ha detectado en 70% de los países del mundo, principalmente en Medio Oriente (Turse, 2017).

Fuerzas especiales en América Latina

En América Latina, esta tendencia se extiende aceleradamente a través de tres mecanismos: ampliando los territorios de operación directa de los cuerpos de fuerzas especiales, aumentando el entrenamiento de las fuerzas locales y definiendo un enemigo particular: los narcotraficantes y el crimen organizado.[2]

A diferencia de los países del Medio Oriente, la puerta de entrada a los cuerpos de fuerzas especiales en América Latina y el Caribe no fue el terrorismo sino la guerra contra las drogas.  Uno de los casos más emblemáticos es el asesinato del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, que se realizó con la intervención del llamado Bloque de Búsqueda, en el que participaban elementos del JSOC y personal de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).  Ya con la puesta en marcha del Plan Colombia, la CIA implementó un programa encubierto para eliminar a los líderes rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional, con el que se asesinó a más de 70 miembros de estas guerrillas entre 2007 y 2013.  Las operaciones encubiertas incluían la prestación de servicios de inteligencia en tiempo real y paquetes de bombas inteligentes, guiadas por GPS.  Ése es el tipo de bombas que se usaron en marzo de 2008, cuando las fuerzas aéreas colombianas atacaron un campamento de las FARC en Sucumbíos, en la zona fronteriza de Ecuador (Priest, 2013).

Otro de los mecanismos mediante los cuales se despliegan las fuerzas especiales a lo largo del continente es a través de entrenamientos militares bilaterales o regionales.  Tres ejercicios regionales, organizados por el Comando Sur, son encabezados por los cuerpos de élite del ejército estadounidense: Fuerzas Comando, Fused Response y Panamax.  Durante las competencias de los cuerpos de élite y patrullajes al canal de Panamá con escenarios de ataques terroristas simulados, las fuerzas especiales estadounidenses dan asesoría a sus contrapartes latinoamericanas.  Es notable que el comando de élite colombiano haya ganado 8 de las 13 ocasiones en que se ha realizado la competencia Fuerzas Comando.

Los Entrenamientos de Intercambio Conjuntos Combinados (JCET) son otra forma de conducir las operaciones de los cuerpos de élite para reconocer territorios, familiarizarse con el lenguaje y cultura de otros países.  En estos ejercicios se practican habilidades de combate urbano, comunicaciones, recolección de información y control de disturbios.  En América Latina y el Caribe, este tipo de ejercicios se han triplicado a pesar de que el presupuesto militar que Estados Unidos ha destinado a la región ha disminuido.  Estos intercambios se han dado prácticamente con todos los países del continente, sobresaliendo: Honduras, que recibió 21 misiones entre 2007 y 2014, y El Salvador y Colombia con 19 (Kinosian e Isacson, 2016).  Su rango de acción es incierto.  En 2017, por ejemplo, un grupo de fuerzas especiales estadounidense recibió la autorización del congreso paraguayo para ingresar al país con equipo, armamento y municiones para participar en un entrenamiento de intercambio para entrenar al ejército paraguayo en el combate al terrorismo y el narcotráfico.

JCET en América Latina, 2007-2014

https://redh-cuba.org/2017/09/las-guerras-encubiertas-del-siglo-xxi-sandy-e-ramirez-gutierrez/

https://www.alainet.org/es/articulo/188095

 

Teoría de conspiración

 

Por Daniel Espinosa

 

Especular sobre lo que dos o más personas podrían estar haciendo en secreto es algo mal visto en nuestros tiempos –casi un tabú–, incluso cuando esas personas ostentan una enorme influencia política. El castigo para quien no respete este tabú es el mote de “teórico de la conspiración”, un estigma que indica que su portador no debe ser tomado en serio (o imitado). No contentos con eso, algunos gobiernos que se hacen llamar democráticos vienen considerando seriamente la posibilidad ir más allá, censurando lo que sea que califiquen como “teoría de conspiración”.

Curiosamente, la gran preocupación que despiertan las “teorías de conspiración” –se habla de ellas como una amenaza para la democracia– aplica exclusivamente a internet, pues los medios tradicionales ya están perfectamente controlados por la lógica de mercado y sus propietarios privados.

Un fenómeno reciente, pero con historia

Un experto de la Florida State University, Lance Dehaven, va directo al grano con respecto a lo que estaría detrás del término “teoría de conspiración”: una forma de ridiculizar cualquier sospecha de criminalidad en la élite política; una “etiqueta empleada de manera rutinaria para desechar un variado espectro de sospechas antigubernamentales como síntomas de un pensamiento deteriorado, acorde con la superstición y la enfermedad mental”.

Dice Dehaven que el término no formó parte del vocabulario del norteamericano de a pie sino hasta 1964, cuando la Comisión Warren –que investigaba el asesinato de J. F. Kennedy– sacó su polémico reporte final. Ese año, el New York Times publicó cinco historias en las que el término, entonces raro, apareció en su forma actual, es decir, peyorativa. Luego, en 1967, la CIA dirigió a los medios y periodistas sobre los que tenía influencia –muchísimos, según Carl Bernstein y otras fuentes– para que criticaran a los “teóricos de la conspiración” que ponían en duda el reporte Warren, cuestionando sus posibles motivos ocultos y salud mental.

“Partes del discurso conspirativo parecen haber sido generadas deliberadamente por propagandistas comunistas”, aseguraría entonces la CIA. El involucramiento de la ubicua agencia de espionaje tenía sus razones: “la etiqueta de ‘teoría de conspiración’ suprimía deliberadamente la discusión sobre el lugar que ostentan el secretismo, la vigilancia doméstica y las campañas propagandísticas en la democracia americana”, explica Dehaven. Las labores mencionadas son el espacio natural de los servicios de inteligencia.

El uso político del término sugiere que aquello catalogado como “teoría de conspiración” difícilmente será examinado con seriedad en busca de evidencias. Como nota con mucho tino Dehaven, lo importante no es la teoría en sí misma, sino “su relación con las creencias convencionales”.

De acuerdo con Kathryn Olmsted, historiadora de la Universidad de California, el secretismo político y el sistemático ocultamiento de tramas de corrupción y crímenes de Estado totalmente reales son los factores que, en última instancia, determinaría la enorme difusión de toda clase de “teorías de conspiración” en los Estados Unidos (y el mundo) del siglo 21.

A diferencia de Olmsted, los medios tradicionales nos sugieren rutinariamente algo muy distinto: no existe una base real para creer nada de eso, por lo tanto, quienes prestan oídos a conspiraciones son supersticiosos e irracionales. Quienes nos “cuidan” de las ideas “incorrectas” señalan, además, que habría un riesgo para la democracia en esas teorías, pues erosionarían la confianza en las instituciones tradicionales.

Olmstead tiene a mano muchos ejemplos de conspiraciones reales en la historia reciente. La operación “Northwoods” del gobierno estadounidense, por ejemplo, fue planificada en la década del 60 pero no llegó a realizarse (al menos no bajo ese nombre); los documentos al respecto fueron desclasificados recién en la década del 90. La “conspiración”, urdida desde el Ejército, llamaba a fingir ataques terroristas dentro de Estados Unidos con la finalidad de justificar una guerra con Cuba. A esta conspiración que se quedó en el cajón podemos sumar muchas otras que fueron efectivamente llevadas a cabo, demasiadas como para enumerarlas aquí. Vale la pena mencionar COINTELPRO, la operación que el FBI puso en práctica durante la Guerra Fría para atacar a los opositores a la guerra de Vietnam y acabar con la disidencia política representada en las Panteras Negras y otros grupos de ciudadanos.

Más recientemente, dice Olmstead, las mentiras de la administración Bush, su complot para llevar a su país a Irak, “llevaron a muchos americanos a creerlo capaz de los peores crímenes imaginables”. En esa línea, un sondeo de opinión (Yougov America, 12/09/13) señaló que uno de cada dos encuestados tiene dudas sobre la versión del gobierno de lo ocurrido durante el ataque a las Torres Gemelas, en 2001.

Verificando a los “fact-checkers”

James Corbett tiene un excelente programa periodístico en YouTube, “The Corbett Report”. Sin embargo, ha sido señalado por difundir “fake news” y “teorías de conspiración” en más de una ocasión. Los “fact-checkers” (verificadores de información) que determinan qué es verdad y qué no en internet se encuentran asociados formalmente con redes sociales como Facebook, YouTube o Twitter, y les indican qué debe ser censurado.

Corbett toca temas polémicos y muy actuales, como el rol de Bill Gates y su fundación “filantrópica” en África, India y otros lugares del tercer mundo. Cuando señaló que las vacunas contra la polio, promovidas por Gates, estarían relacionadas con cientos de miles de casos de parálisis en la India, uno de sus miles de seguidores le envió una refutación de su información, hecha por un verificador de datos llamado The Logical Indian (TLI). TLI catalogó la información sobre los casos de parálisis atribuidos a la vacuna promovida por Gates como “engañosa”. Vale anotar que la información usada por TLI para “refutar” el asunto fue tomada de uno de los “padres” del “fact-checking”, Politifact.

El análisis hecho por estos verificadores se preocupó sobremanera de atacar a la supuesta “fuente” de la información, señalando que ella sería una “publicación en (la red social) Instagram”, hecha por el sobrino del fallecido John F. Kennedy, Robert F. Kennedy Jr., un activista antivacunas. Kennedy y su organización, World Mercury Project, sería “una de las fuentes más grandes” de publicidad antivacunas en Facebook, explica TLI.

Pero Corbett no se había basado en ninguna “publicación de Instagram”, sino en reportes y estudios de médicos indios. De hecho, el mismo Kennedy Jr. atribuyó la acusación, en su Instagram, a “médicos indios”, no a su organización ni a sí mismo. Pero los “fact-checkers” prefirieron obviar ese detalle y atribuirle la información a este conocido “antivacunas”.

La práctica de atribuir una supuesta “teoría de conspiración” o una “noticia falsa” a una fuente fácil de rebatir, a las más sensacionalista o espuria que haya a mano, parece ser el as bajo la manga de la constelación de “fact-checkers” que surgió luego de la victoria de Donald Trump, cuando el mundo –de pronto, súbitamente– se sintió amenazado por las “noticias falsas”.

De acuerdo con uno de los reportes científicos en los que se basó Corbett –el documento que los “fact-checkers” debieron intentar refutar–, realizado en 2018 por Dhiman, Prakash, Sreenivas y Puliyel (pediatras, biólogos y expertos en estadística) y publicado por el “International Journal of Environmental Research and Public Health”, se halló una correlación entre las vacunas promovidas por la Fundación Gates y una forma de parálisis infantil. Con información gubernamental recabada entre 2000 y 2017, estos especialistas analizaron la relación entre las dosis de la vacuna suministradas en varias ciudades de la India y la incidencia de esa forma de parálisis en quienes la recibieron, encontrando una relación causal y estimando que el número de afectados llegaría a 491 mil niños paralizados, solo en la India (The Corbett Report, Polio Vaccines, Tetanus Vaccines and the Gates Foundation, 23/06/20).

El peligroso Cass Sunstein

Sunstein, profesor de derecho de Harvard, trabajó para el gobierno de Barack Obama y su oficina de información pública. En uno de sus muchos libros, Sunstein sostiene que la polarización política observada en las redes sociales debe ser controlada por el gobierno. El problema es este nuevo y descentralizado medio, internet, donde las personas se expresan sin la necesidad de atravesar los filtros bien instalados en los medios masivos tradicionales. Sus propuestas se parecen mucho a las prácticas de los servicios de inteligencia en su tradicional lucha política contra organizaciones antiguerra y pro derechos civiles, como los mencionados arriba. Para este alto operador de Obama, una solución plausible sería “infiltrar” a los grupos de conspiradores en internet.

“Quienes normalmente serían solitarios –dice Sunstein– o (estarían) aislados en sus objeciones y preocupaciones, (ahora) se congregan en redes sociales”. Su observación nos recuerda otra hecha recientemente por un exejecutivo de seguridad de Facebook llamado Alex Stamos:

“…gente que siente que ha sido ignorada u oprimida”, estaría usando las redes sociales, “para presionar por políticas radicales”. La declaración, una clara advertencia, fue hecha en una conferencia tecnológica organizada por la OTAN en Estonia (World Socialist Web Site, 05/06/18).

Las preocupaciones de Stamos y los remedios de Sunstein representan la mentalidad que sostiene el statu-quo actual, uno en el que lo que llamamos democracia es controlado por una élite dueña del discurso y los medios de comunicación. El problema no es lo que se dice, ni tampoco la “polarización política”, sino quién lo dice y a dónde apunta esa polarización. Recordemos que ella resulta indispensable para el poder cuando ha de llevar a su ciudadanía a una nueva guerra.

-Publicado en Hildebrandt en sus trece (Perú) el 31 de julio de 2020

https://www.alainet.org/es/articulo/208267

Guerras encubiertas

 

Por Piero Gleijeses (*)

Fuentes: La pupila insomne, Telesur y Rebelión

 

Los gobiernos de Kennedy y Johnson participaron en operaciones encubiertas en varios otros países de América Latina para socavar grupos o gobiernos que consideraban suavemente comunistas.

 

La CIA guarda sus archivos con ferocidad. Sabemos mucho acerca de algunas operaciones encubiertas durante la Guerra Fría. De las demás, sabemos sólo los contornos difusos. Y seguramente hay operaciones sobre las que somos totalmente inconscientes.

 

Hay diferentes tipos de operaciones encubiertas – propaganda, acción política, influencia económica, paramilitares. Este ensayo se centra en las operaciones paramilitares, las que incluyen el “uso no reconocido de la fuerza, o la asistencia a quienes perpetúan o resisten el uso de la fuerza.” (Godson, 158) No examina las operaciones lanzadas en Indochina porque eran ansilares a un esfuerzo mayor de la guerra en Vietnam. Algunas operaciones paramilitares buscaban el derrocamiento de un gobierno extranjero; otras trataron de aplastar las revueltas que amenazaban regímenes amigos o de hostigar a gobiernos extranjeros hostiles sin esperar derrocarlos.

 

Con la excepción de Gerald Ford y Jimmy Carter, durante la Guerra Fría todos los presidentes de Estados Unidos lanzaron al menos una operación encubierta para derrocar a un gobierno extranjero. Con la excepción de Harry Truman, ninguno puso en marcha una operación paramilitar encubierta en Europa. “La Guerra Fría fue una contienda que consistió en hacer boxeo sombra en áreas de importancia marginal,” escribe la historiadora Nancy Mitchell: “porque la guerra real en lugares que realmente contaban – Berlín, Washington y Moscú – era imposible de ganar” (Mitchell, 67).  Como el Presidente Dwight Eisenhower entendió cuando los altos funcionarios de la CIA le instaron a ayudar a los rebeldes húngaros que luchaban contra el régimen comunista a finales de 1956, el riesgo de desencadenar una guerra con la Unión Soviética era demasiado grande. Europa estaba fuera de los límites. Las operaciones paramilitares estadounidenses durante la Guerra Fría se pusieron en marcha en el Tercer Mundo.

 

Existe un cliché sobre Truman: él se opuso a operaciones paramilitares. “Mientras Truman permaneció como presidente”, ha escrito el historiador H.W. Brands, “los agentes encubiertos tuvieron que contentarse con actividades modestamente intrusivas como la canalización de fondos secretos a partidos políticos anti-comunistas de Europa occidental.” (Brandss, 60).

 

Esto es profundamente erróneo. Como el ex Director de Inteligencia Central (DCI) Richard Helms señaló, “Truman dio el visto bueno en un buen número de decisiones para las operaciones encubiertas de las que en años después dijo que no sabía nada.” (Helms, 1989) Estas decisiones incluyeron muchas operaciones paramilitares detrás de la Cortina de Hierro con el objetivo fortalecer las fuerzas de resistencia y hostigar a la Unión Soviética, así como las operaciones para acosar a China durante la Guerra de Corea. Una tenía una meta más grandiosa: derrocar al gobierno de Albania.

 

La ruptura de Stalin con Tito en 1948 parecía presentar a Occidente una gran oportunidad; el régimen albanés se mantuvo leal a la Unión Soviética y lanzó una purga sangrienta contra numerosos partidarios de Tito en el Partido Comunista de Albania y en las fuerzas armadas. Albania se convirtió en un alislado puesto avanzado soviético en el Mediterráneo: sus únicas fronteras terrestres eran con Yugoslavia, repentinamente hostil, y Grecia, un cliente de Estados Unidos. Al otro lado del mar Adriático estaba otro cliente de Estados Unidos, Italia.

 

Los británicos inventaron el plan, y convencieron a los estadounidenses de unirse: juntos entrenarían exiliados de Albania y los infiltrarían dentro de ese país, donde podrían impulsar el fuerte movimiento anticomunista e inspirar a una población con ganas de rebelarse. La operación, que se inició en 1949, se basó en una inteligencia defectuosa e ilusiones: las fuerzas de resistencia eran débiles y la población pasiva. El desastre era inevitable. Uno tras otro los equipos enviados por los estadounidenses y los británicos fueron eliminados, pero más fueron enviados. Cientos de albaneses murieron. “Pocas veces una operación de inteligencia ha ido tan resueltamente de un desastre a otro”, señaló un estudioso. (Winks, 399) En 1953 el gobierno de Eisenhower puso fin al empeño temerario.

 

Los años de Eisenhower fueron una edad de oro para la CIA. Eisenhower compartía la afición de Truman por las operaciones paramilitares, vertió recursos en la agencia, y nombró a Allen Dulles como DCI. Allen era el hermano menor de John Foster Dulles, Secretario de Estado de Eisenhower y asesor de política exterior de la mayor confianza. Los dos hermanos estaban en constante y fácil comunicación; a menudo, después de un día de trabajo, Allen pasaba por casa de Foster para repasar asuntos pendientes. Nunca un Secretario de Estado y un Director de la CIA disfrutaron una relación tan cerrada. Esto molestó a algunas personas: “Es una relación que sería mejor no tuviera que existir”, comentó el presidente de un comité nombrado por Eisenhower para investigar la agencia. Eisenhower no estuvo de acuerdo: “Parte del trabajo de la CIA es extensión del trabajo del Departamento de Estado.” (Doolittle, 1954)

 

Mientras bajo Truman las operaciones paramilitares encubiertas fallaron persistentemente, bajo Eisenhower dos de las tres operaciones para derrocar gobiernos tuvieron éxito: en Irán en 1953 y Guatemala en 1954. Estos dos éxitos realzaron el prestigio de la CIA entre los que los conocieron. El fracaso de la agencia para derrocar al gobierno de Indonesia en 1957-1958 no  atenuó su brillo.

 

El derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz en Guatemala es una de las pocas operaciones paramilitares encubiertas sobre la que el gobierno de EEUU ha desclasificado un rico tesoro de documentos. Estos documentos demuestran que la inteligencia estadounidense en Guatemala durante los años de Eisenhower era muy buena. La CIA informó de que Arbenz era o un comunista o un compañero de viaje; que sus asesores más cercanos eran los comunistas, y que eran el motor detrás del programa de reforma agraria exitosa de Arbenz. (100.000 familias – un sexto de la población de Guatemala – recibieron la tierra que necesitaban desesperadamente.) La Inteligencia de Estados Unidos también informó que no había infiltración comunista en las fuerzas armadas de Guatemala. Esto, también estaba en lo cierto.

 

La CIA no afirmó que existía el peligro de un golpe comunista en Guatemala – y no hay ninguna indicación de que los políticos estadounidenses incluso plantearan la pregunta. Dado el desequilibrio de poder entre los Estados Unidos y Guatemala, el costo de destruir el gobierno de Arbenz era tan bajo que no se molestaron en contemplar cualquier alternativa – como aprender a convivir con un gobierno pro-comunista que respetaba las libertades políticas en un grado inusual en América Latina.

 

Una fuerza de unos 250 exiliados patrocinados por la CIA invadió Guatemala en junio de 1954. El ejército de Guatemala podría haberlos aplastado con facilidad, pero no se atrevió: los exiliados eran los apoderados de los Estados Unidos, y si el ejército de Guatemala los derrotaba, ¿qué haría Eisenhower a continuación? Él enviaría tropas estadounidenses – esto es lo que la estación de la CIA en Guatemala, la embajada de Estados Unidos y la misión militar estadounidense dijo a los guatemaltecos. El mismo mensaje fue pregonado día tras día por los medios de la oposición guatemalteca. “¿Cómo podrían los líderes de Guatemala imaginar que Estados Unidos toleraría un nido de enemigos en su propia puerta?”, preguntó un destacado periodista guatemalteco que trabajó en estrecha colaboración con la CIA. “Alemania … sigue ocupada, y también lo está Japón – y nosotros lo estaremos también, pobres tontos que ni siquiera producimos  fuegos artificiales, mucho menos la munición para una resistencia simbólica.” (Marroquín Rojas, 1954) En los Estados Unidos ningún órgano de la gran prensa y ningún miembro del Congreso – Demócrata o Republicano-  abogagó por tratar de convivir con la Guatemala de Arbenz.

 

Cuando comenzó la invasión de exiliados, el ejército guatemalteco se negó a luchar; en lugar de ello se volvió contra Arbenz y lo obligó a renunciar. El líder de los invasores, que habían sido elegidos a dedo por la CIA, se convirtió en el nuevo presidente de Guatemala.

 

El derrocamiento de Arbenz aseguró a la administración de Eisenhower que el hemisferio era seguro – hasta 1959, cuando Fidel Castro tomó el poder en Cuba. Los Estados Unidos respondieron al desafío de Castro en la forma en que siempre trató con molestias en su patio trasero: con violencia. Por órdenes de Eisenhower, la CIA comenzó a tramar el derrocamiento de Castro. En abril de 1961, tres meses después de la inauguración de John Kennedy, 1.300 insurgentes entrenados por la CIA irrumpieron en una playa de Cuba, en Bahía de Cochinos. Sólo para rendirse en masa.

 

La derrota en Bahía de Cochinos añadió un elemento de veneno personal a la cruzada de Kennedy contra Cuba. Al rechazar la oferta de Castro de conversar acerca de un modus vivendi entre los dos países, “regañó” al Subdirector de Planes de la CIA Bissell por estar “sentado en su culo y no hacer nada acerca de deshacerse de Castro y el régimen de Castro.” (Estados Unidos, Senado, 141). Las operaciones paramilitares de la CIA contra Cuba no disminuyeron hasta 1965.

 

Atormentados por el temor a una segunda Cuba, los gobiernos de Kennedy y Johnson participaron en operaciones encubiertas en varios otros países de América Latina para socavar grupos o gobiernos que consideraban suevemente comunistas. Para el final de la administración de Johnson, el espectro de una segunda Cuba en el hemisferio se había desvanecido, pero luego, en 1970, Salvador Allende ganó las elecciones presidenciales de Chile. Allende fue un demócrata sincero, pero él era un socialista, encabezó una coalición que incluyó al Partido Comunista, y era amigo de Fidel Castro. Para el presidente Richard Nixon y para Henry Kissinger su ascenso a la presidencia fue una bofetada a los Estados Unidos y un terrible ejemplo para América Latina. Se comprometieron a acabar con él. Técnicamente, los militares chilenos actuaron por su cuenta cuando se derrocó a Allende el 11 de septiembre de  1973, pero, como dijo Kissinger, mediante la realización de una campaña de desestabilización y la ayuda a los grupos antigubernamentales, la CIA había “creado las condiciones tan grandes como fuera posible [para un golpe de estado ].” (Kissinger, 1973).

 

Desde finales de 1950 hasta principios de 1970, el foco de las operaciones paramilitares de la CIA estaba en Indochina contra los vietnamitas del Norte y en el hemisferio occidental en contra de Castro. Pero cuando dieciséis países africanos obtuvieron su independencia en 1960, un nuevo frente se abrió. África se convirtió, en palabras de la Secretaria de Estado, Christian Herter, en “un campo de batalla de primer orden.” (Gleijeses, 2002, 6)

 

Durante las próximas dos décadas, Estados Unidos participó en dos importantes operaciones paramilitares en África. En 1964-65 el presidente Lyndon Johnson trató de derrotar una revuelta en el antiguo Congo Belga contra el régimen corrupto y represivo que Eisenhower y Kennedy habían impuesto al país. La CIA reclutó un ejército de 1.000 mercenarios blancos, los armó, les proporcionó el apoyo logístico indispensable e incluso organizó una fuerza aérea mercenaria para bombardear y ametrallar a los rebeldes. Los mercenarios perpetraron atrocidades masivas y aplastaron la revuelta.

 

La otra operación paramilitar importante fue en 1975 en Angola, donde Pretoria y Washington trabajaron juntos para aplastar un movimiento de izquierda. Con la connivencia de Washington, las tropas sudafricanas invadieron el país y casi tuvieron éxito en la instalación de los líderes amistosos en Luanda – pero luego 36.000 soldados cubanos inundaron Angola y empujaron a las tropas sudafricanas fuera.

 

Jimmy Carter no lanzó grandes operaciones paramilitares hasta la invasión soviética de Afganistán en diciembre de 1979. A continuación, él expandió el programa de ayuda no letal a la muyahidines afganos, que había aprobado en julio de 1979, a un gran total de 60 millones de dólares que incluía “todo tipo de armas y apoyo militar. “(Gates, 251)

 

Para la CIA la presidencia de Reagan fue otra edad de oro, una vuelta a los años de Eisenhower. El dinero y la mano de obra fluyeron a la agencia. Además, por primera vez desde Eisenhower, el ICD, William Casey, fue miembro del círculo íntimo del presidente. Hubo, sin embargo, dos diferencias significativas entre las épocas de Eisenhower y Reagan. El Congreso, cuya supervisión de la agencia había sido laxa, ahora quería estar en el bucle; y la prensa de Estados Unidos ya no estaba en silencio.

 

No hay leyes que hayan impedido a la prensa estadounidense informar sobre las operaciones encubiertas, pero su silencio en las tres primeras décadas de existencia de la CIA es sorprendente. Tomemos, por ejemplo, el derrocamiento de Arbenz en Guatemala. La mano de los Estados Unidos era evidente. La propia CIA informó que la prensa europea occidental era prácticamente unánime en la conclusión de que la agencia había diseñado la caída de Arbenz. En las palabras del Inspector General de la CIA, “La hoja de parra era muy transparente, raída.” (Kirkpatrick, 1989) insuficientemente raída, sin embargo, para la prensa estadounidense. Cuando se trataba de explorar el papel de Estados Unidos en el otoño de Arbenz, los periódicos de Estados Unidos, o ignoraron el asunto o rechazaron de plano cualquier insinuación de que el gobierno de Estados Unidos había ayudado a los rebeldes.

 

Ese fue el patrón, la misma “disciplina” fue evidente en 1957-1958 durante la operación contra Indonesia, en las semanas previas a la Bahía de Cochinos, en 1964-1965, durante la operación en el antiguo Congo Belga, y en 1975 en Angola.

 

Aún más sorprendente que el silencio de la prensa de Estados Unidos es el fracaso de los historiadores al tomar nota de ello. Con la excepción de los análisis de Bahía de Cochinos y de un libro acerca de la operación de Indonesia, ningún historiador jamás menciona la complicidad de la prensa. Por lo tanto, no hay una explicación de esta autocensura.

 

Para la década de 1980 la prensa había cambiado. Había tres grandes operaciones paramilitares en los años de Reagan – en Afganistán, Angola y Nicaragua – y la prensa informó de las tres.

 

La más polémica fue contra Nicaragua. La guerra de los contras contra el gobierno sandinista nunca fue popular entre la opinión pública estadounidense o el Congreso, pero Reagan la persiguió, sin inmutarse. Él creía que los sandinistas eran marxistas-leninistas y que Estados Unidos no podía tolerar un régimen marxista-leninista en Centroamérica. Mientras la administración emprendió una guerra económica en Nicaragua, la CIA nutrió un ejército anti-sandinista – los Contras. Los armó, les pagó y les proporcionó santuarios en la vecina Honduras. Miles acudieron a unirse a los Contras creyendo que la victoria era inevitable porque Ronald Reagan estaba detrás de ellos y, si era necesario, enviaría tropas estadounidenses. Esta confianza – en que Estados Unidos iba a ganar la guerra para ellos – hinchó las filas de la contra pero evisceró su voluntad de luchar.

 

Muy pronto, en 1982, la prensa estadounidense comenzó a informar sobre el papel de Estados Unidos en la guerra de los contras. Por primera vez en la historia de los Estados Unidos hubo un debate -un vigoroso debate – sobre una operación paramilitar mientras se desarrollaba (no después de que había fracasado, como había sido el caso de Bahía de Cochinos). El debate tuvo lugar en los medios de comunicación, entre amplios sectores de la opinión pública, y en el Congreso de Estados Unidos. Había amargos enfrentamientos entre los Comités de Inteligencia del Congreso y la CIA. El DCI Casey y sus colaboradores más cercanos disimularon y se ofuscaron cuando informaron al Congreso de lo que la CIA estaba haciendo por los Contras.

 

Después de la aplastante reelección de Reagan en noviembre de 1984, muchos estadounidenses temían que podría aprobar una invasión de Nicaragua, y tal vez lo habría hecho, tuvo el escándalo Irán-Contras que no lo debilitó. Cuando Reagan dejó la Casa Blanca, los sandinistas estaban todavía en el poder.

 

Las operaciones paramilitares de la CIA durante la Guerra Fría no tensaron a la tesorería de Estados Unidos; Afganistán, con mucho, la más cara, costó alrededor de dos mil millones de dólares repartidos en más de una década – una pequeña suma para un país tan rico como los Estados Unidos. Tampoco fueron costosas en vidas estadounidenses. La CIA mantuvo el personal estadounidense lejos de las zonas de combate. No más de una docena de estadounidenses murieron en las operaciones examinadas en este ensayo.

 

Varias de estas operaciones fracasaron, pero el fracaso implicó un bajo costo para los Estados Unidos, incluso en términos diplomáticos. Las relaciones con Albania, por ejemplo, habrían sido execrables incluso sin la operación paramilitar de Truman. El ser una superpotencia ayudó a amortiguar el precio de la derrota. El asalto de la CIA sobre Cuba en la década de 1960 envenenó las relaciones entre los dos países, pero Cuba siguió reclamando un modus vivendi con los gobiernos de Kennedy y Johnson – sólo para ser rechazada. Desde la perspectiva del gobierno de Estados Unidos el fracaso más costoso puede haber sido la operación de 1975 en Angola, ya que atrajo 36.000 soldados cubanos a ese país. Y, sin embargo, en retrospectiva, las tropas cubanas, que permanecieron quince años, no hirieron significamente el interés importante de los Estados Unidos; protegieron a Angola de la Sudáfrica del apartheid y forzaron a Pretoria a conceder la independencia a Namibia.

 

El éxito – la consecución de los objetivos fijados por los políticos estadounidenses – fue a menudo más caro que el fracaso. El hecho de que la CIA podría resolver un problema a bajo costo hace que sea fácil para los políticos estadounidenses evitar la reflexión. Muchos estadounidenses fechan el comienzo de la enemistad entre EE.UU. e Irán por el triunfo de la revolución iraní de 1979 y la captura de los rehenes. Sería más exacto, sin embargo, citar 1953 – el derrocamiento de Mohammad Mossadegh. Él no representaba una amenaza para los Estados Unidos. Un modus vivendi con él podría haber servido mejor a los intereses a largo plazo de Washington. Pero ¿por qué molestarse cuando era tan fácil acabar con él?

 

Las operaciones paramilitares encubiertas de la CIA eran rara vez un secreto fuera de los Estados Unidos. En el Tercer Mundo, reforzaron la imagen de Estados Unidos como un matón machista. Pero ellas hicieron más. Al hacer el pedido a la agencia para lanzar operaciones paramilitares, las autoridades estadounidenses no tenían la intención de hacer daño a la gente de los países a los que se dirigían – creían que estaban actuando en el interés nacional de Estados Unidos, y cualquier daño colateral era desafortunado. Con demasiada frecuencia, sin embargo, estas operaciones no sirvieron al interés nacional de los Estados Unidos e infligieron un efecto devastador en la población de los países que fueron blanco. Esta es la más grave responsabilidad de las operaciones paramilitares que la CIA lanzó durante la Guerra Fría, y es una mancha en el expediente de los Estados Unidos, aunque la mayoría de los estadounidenses sean felizmente inconscientes de ello. (Traducción La pupila insomne)

 

Fuentes:

 

[1] Roy Godson, Dirty Tricks or Trump Cards: U.S. Covert Action and Counterintelligence, New Brunswick, 2008, p. 158.

 

[2] Nancy Mitchell,  “The Cold War and Jimmy Carter,” in Melvyn Leffler and Odd Arne Westad, eds., Cambridge History of the Cold War, New York, 2010, 3:67.

 

[3] H.W. Brands, The Devil We Knew: Americans and the Cold War, New York, 1993, p.60.

 

[4] Interview with Richard Helms, Washington DC, Sept. 7, 1989.

 

[5] See Michael Dravis, “Storming Fortress Albania: American Covert Operations in Microcosm, 1949-54,” Intelligence and National Security, 7: 4 (1992), pp. 425-42; Stephen Dorril, MI6: Inside the Covert World of Her Majesty’s Secret Intelligence Service, New York, 2000, pp. 355-403; Michael Burke, Outrageous Good Fortune: A Memoir, Boston, 1984.

 

[6] Robin Winks, Cloak and Gown: Scholars in the Secret War, 1939-1961, New York, 1987, p. 399.

 

[7] Memcon (Gen. Doolittle and President Eisenhower), Oct. 19, 1954, Whitman File, Adm. Series, Box 13, Dwight D. Eisenhower Library, Abilene, KS (hereafter DDEL).

 

[8] See Nick Cullather, Secret History: The CIA’s Classified Account of Its Operations in Guatemala 1952-1954, Stanford, 1999; US Department of State. Foreign Relations of the United States, 1952-1954: Guatemala, Washington DC, 2003.

 

[9] The analysis that follows is based on my book, Shattered Hope: The Guatemalan Revolution and the United States, 1944-1954, Princeton, 1991.

 

[10]  Clemente Marroquín Rojas, “Y usted: ?Qué deduce, señor ministro?” La Hora (Guatemala City), Jan. 14, 1954, p. 1.

 

[11] Assistant to the head of the CIA unit working on Cuban operations quoted in US Senate, Select Committee, Alleged Assassination Plots Involving Foreign Leaders, Washington DC, 1975, p. 141.

 

[12] Memo TelCon, Nixon and Kissinger, Sept. 16, 1973, The Declassified Record, National Security Archive, Washington DC.

 

[13] Herter quoted in National Security Council meeting, Mar. 24, 1960, p. 9, WF, NSC Ser., box 12, DDEL

 

[14] See Piero Gleijeses, Conflicting Missions: Havana, Washington, and Africa, 1959-1976. Chapel Hill, NC, 2002, pp. 57-184

 

[15] Ibid., pp. 230-396.

 

[16] Robert Gates, From the Shadows: The Ultimate Insider’s Story of Five Presidents and How They Won the Cold War, New York, 1996. p. 251.

 

[17] Interview with Lyman Kirkpatrick, who in 1954 was the Inspector General of the CIA, Middleburg, VA, June 2, 1989.

 

[18] See Gleijeses, Shattered Hope, pp. 258-62, 367-70; Gleijeses, Conflicting Missions, pp. 128-32, 362-65; interview with Sam Halpern, a CIA officer who participated in the 1957-58 operation against Indonesia (St. Simons Island, GA, June 1, 1996).

 

[19] The best book on Reagan and Nicaragua is William Leogrande, Our Own Backyard: The United States in Central America, 1977-1992, Chapel Hill, 1998.

 

[20] See Piero Gleijeses, Visions of Freedom: Havana, Washington and Pretoria and the Struggle for Southern Africa, 1976-1991, Chapel Hill, NC, 2013.

 

(*)

 

Fuentes: https://www.telesurtv.net/opinion/-Guerras-encubiertas-20150121-0048.html y

https://rebelion.org/guerras-encubiertas/

 

El entramado de la Guerra No Convencional

 

Por Angélica Paredes López

Ver su Tag en Fuente

 

2014.04.08 - 16:34:24 / web@radiorebelde.icrt.cu /

 

Como concepto, el empleo de métodos de Guerra no Convencional ha formado parte del cuerpo doctrinal de las Fuerzas Armadas estadounidenses desde la II Guerra Mundial, pero es a partir de la década de los 50 del siglo pasado que se conoce con la actual denominación.

 

Hoy, Estados Unidos despliega todo su poderío más allá de sus fronteras, con una estrategia que no es nueva, pero que tiene como novedad el nivel de prioridad que le están asignando.

 

Socavar y degradar la moral, la fuerza política, psicológica, militar y económica, así como provocar eventos catalizadores que creen condiciones para una intervención extranjera, son actos de la Guerra No Convencional.

 

A las claves de esta peligrosa estrategia nos acerca el analista Gustavo Robreño Díaz, Especialista en Seguridad y Defensa Nacional.

 

http://www.radiorebelde.cu/noticia/el-entramado-guerra-no-convencional-20140408/

 

 

Israel acusado de llevar a cabo una Guerra encubierta en Oriente Próximo

Por Subcomandante Marcos

17/02/2010

Traducido para Rebelión por Loles Oliván

Israel está llevando a cabo una campaña de asesinatos encubiertos en todo Oriente Próximo con la intención de impedir que sus principales enemigos coordinen sus acciones. Agentes israelíes han elegido como blanco las reuniones entre miembros de Hamas, de la dirección del grupo militante Hezbolá y de la Guardia Revolucionaria iraní. También son sospechosos de asesinatos recientes en Dubai, Damasco y Beirut. Aunque se sospecha que la agencia de espionaje israelí Mossad ha llevado a cabo asesinatos en todo el mundo desde la década de 1970, oficialmente no reconoce ni admite sus actividades.

La actual oleada de asesinatos comenzó en diciembre cuando un autobús «turístico» que transportaba a funcionarios iraníes y a miembros de Hamas explotó a las afueras de Damasco. El informe oficial sirio afirmó que había explotado un neumático pero las fotografías que muestran los restos calcinados del vehículo provocaron especulaciones acerca de que la explosión fue mucho mayor.

Varias semanas después se produjo otro ataque en una reunión entre miembros de Hamas, que controla Gaza, y sus homólogos de Hezbolá en su bastión del sur de Beirut en Líbano, con resultado de varias muertes. Según ha declarado un alto funcionario palestino en Ramala a The Times, «Hamas ha tratado de encubrir el incidente porque estaba avergonzado.Ha habido una creciente cooperación entre Gaza e Irán. Israel percibe las advertencias y sabe que con la ayuda de Irán, el gobierno de Hamas en Gaza se hará más fuerte y luchará mejor. Pero Israel se está sobrepasando. Los países no quieren convertirse en un campo de batalla del conflicto israelo-palestino».

Más recientemente, el dirigente de Hamas, Mahmud al Mabhuh fue asesinado en Dubai el 19 de enero de 2010. Se cree que fue envenenado por una mujer que le visitó en su habitación en el Hotel al Bustan Rotana de Dubai. Responsables israelíes manifestaron que Mabhuh había sido una figura clave en la adquisición de cohetes de largo alcance de fabricación iraní para Hamas que podían dispararse contra objetivos en centro de Israel.

El exiliado líder de Hamas, Jaled Mashaal, ha prometido venganza por la muerte de Mabhuh. También ha sugerido que los actuales combates entre Hamas e Israel se trasladarán a la región. En una entrevista en el periódico Al Hayat de Londres Mashaal afirmó que las guerras futuras con Israel no se combatirán únicamente en la Franja de Gaza.

Al parecer Israel ha redoblado los esfuerzos para matar a oponentes de alto nivel bajo la dirección del actual jefe del Mossad Meir Dagan. Sólo meses después de que este ex paracaidista asumiera la dirección del servicio de inteligencia en octubre de 2002, se convirtieron en objetivos de la agencia agentes de alto rango de Hezbolá en Líbano. A él se debe haber ordenado el asesinato de dos miembros relativamente importantes de Hezbolá que murieron en el sur de Beirut en julio de 2003 y agosto de 2004.

Más recientemente, se ha acusado a Israel de haber colocado una bomba en Damasco que mató al destacado dirigente de Hezbolá Imad Mughniyah en febrero de 2008. El ministro de Gabinete israelí Daniel Herschkowitz elogió la semana pasada al jefe del Mossad como uno de los dirigentes más exitosos de la agencia. Cuando se le preguntó acerca de la participación del Mossad en el asesinato de Dubai, Eli Yishai, ministro de Interior, sonrió y dijo: «Todos los servicios de seguridad hacen, gracias a Dios, grandes esfuerzos para salvaguardar la seguridad del Estado de Israel».

Mientras que algunos países se preguntan si Israel no se estará atribuyendo el mérito para aumentar la reputación de su aparato defensivo, otros Estados árabes moderados describen los asesinatos como una «guerra secreta» entre Israel y Hamas.

Fuentes diplomáticas admiten ser conscientes de que han aumentado las operaciones encubiertas de Israel. «Vemos sus idas y venidas, somos conscientes de que hay más actividad tanto en nuestro suelo como en otros países de la región», afirma un diplomático egipcio. «Nos están tratando de implicar a todos en su conflicto».

Las tensiones entre Israel y Hamas se han mantenido de manera importante a pesar de la relativa calma que se ha producido desde el final de la ofensiva israelí contra Gaza el invierno pasado. Las tropas israelíes han sido puestas en alerta ayer [14 de enero] después de que los servicios de inteligencia israelíes sugirieran que Hamas planea secuestrar soldados. Israel dijo esta semana que había frustrado un secuestro en diciembre tras detener a Abu Atiq Slaman, agente de Hamas, en la frontera de Gaza con Israel. Según el Shin Bet, servicio de seguridad interna israelí, tenía previsto entrar en Israel a través de Egipto.

Fuente: www.timesonline.co.uk/tol/news/world/middle_east/article7025821.ece

https://rebelion.org/israel-acusado-de-llevar-a-cabo-una-guerra-encubierta-en-oriente-proximo/

 

Guerra encubierta de Israel

contra el programa nuclear iraní

 

Por Subcomandante Marcos

19/02/2009

Gara

Israel está llevando a cabo una guerra encubierta contra el programa nuclear iraní mediante sicarios, sabotajes, empresas tapadera y agentes dobles en lugar de recurrir a ataques militares directos, según informó ayer el diario británico «Daily Telegraph», que cita fuentes de los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Según estas fuentes, entre los planes israelíes […]

Israel está llevando a cabo una guerra encubierta contra el programa nuclear iraní mediante sicarios, sabotajes, empresas tapadera y agentes dobles en lugar de recurrir a ataques militares directos, según informó ayer el diario británico «Daily Telegraph», que cita fuentes de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Según estas fuentes, entre los planes israelíes está matar a personas implicadas en el programa nuclear. El objetivo de estos actos es ralentizarlo o, incluso, interrumpirlo sin tener que recurrir a una confrontación directa.

«Con la cooperación de Estados Unidos, las operaciones encubiertas israelíes se han centrado en eliminar activos humanos importantes en el programa y en sabotear la cadena de transmisión de suministro nuclear», añadió Reva Bhalla, analista de la compañía privada de inteligencia estadounidense Stratfor, que guarda una estrecha relación con el Gobierno.

Un ex agente de la CIA afirmó que la pretensión de Israel es «ralentizar el programa, de tal manera que no se den cuenta de lo que está ocurriendo. Se quiere retrasar y retrasar hasta que se pueda buscar otra solución o enfoque». En su opinión, «es una buena política».

«Daily Telegraph» recordó que ya se rumoreó que el Mossad, los servicios secretos israelíes, estaba detrás de la muerte de Ardeshire Hassanpour, un importante científico nuclear iraní de la central de Isfahan, muerto en misteriosas circunstancias. Se dijo que había fallecido a causa de un «envenenamiento por gas» en 2007.

«Israel no mostró ninguna vacilación en matar a científicos armamentistas de regimenes hostiles en el pasado. Lo hicieron con Irak y lo harán con Irán si pueden», resaltó.

El rotativo británico destacó además que Israel ha utilizado empresas tapadera para infiltrarse en la red de compra que emplea Irán. En un principio, suministraron material de buena calidad y, a continuación, entregaron material defectuoso.

https://rebelion.org/guerra-encubierta-de-israel-contra-el-programa-nuclear-irani/

 

Imágenes de una guerra encubierta

 

Por Hugo Cores

17/08/2005

La República

Días pasados, de improviso, ingresé al Centro Municipal de Fotografía de la Intendencia de Montevideo, en la calle Ejido casi 18.

 

Además de sus servicios permanentes, en tanto archivo fotográfico de la ciudad, el Centro presentaba una exposición de un joven fotógrafo, Daniel Machado, cuya obra no conocía.

 

Retuve dos de los puntos claves de la exposición y el video explicativo que se exhiben en el local.

 

1- El primero y más importante es el llamado «El Hospital Rodelu», una treintena de fotos de buen tamaño colocadas sobre los muros de la sala y luego miradas nuevamente en el relato contenido en el video.
Las fotos, tomadas durante el 2004, son una ojeada en perspectiva sobre la situación del Hospital de Clínicas. Las imágenes que ha captado Daniel Machado te dejan casi sin respiración.

 

Viendo aquello pensé, «qué poco se logra con la palabra y cuánto puede decirnos la imagen, con qué fuerza habla de lo que tanto nos costaría decir con palabras.»


Y pensé también: esta colección de fotos debieran verla todos los estudiantes de medicina, y los del IPA, y los de magisterio. Y todos los maestros y todos los periodistas. Y todas las personas nacidas en este país, de todas las edades y de todas las profesiones. Estas imágenes debieran ser itinerantes para que las pudiera ver todo el país.

 

2- Sucede que, hace un tiempo, un amigo de Daniel Machado estuvo unos días internado en el Hospital de Clínicas y Machado lo fue a visitar y a cuidar. Así conoció al Hospital Manuel Quintela.

 

Luego, la mirada sutil del artista observó unas realidades que luego capturó con su máquina y son las imágenes que hoy se exponen.

 

Desde las paredes, las fotos silenciosas y de colores algo desvaídos constituyen un acta de acusación, una interpelación serena y sin concesiones al país y a sus autoridades.

 

El ojo sutil del artista se detiene en lo que nadie mira o en aquello que, de tanto ser mirado, ya no se ve: los rostros y los cuerpos de los pacientes. Del pueblo humilde y sufrido que va a curarse o morir en el Clínicas.
De sus trabajadores empobrecidos, de sus salas de paredes derruidas y sucias. De la humedad que todo lo rodea. De la miseria, piso a piso. De los cristales manchados de herrumbre de sus ventanas. Allí no hay nada de retórica ni de exageración. Solo unas imágenes insoportables.

 

«Hospital Rodelu», así te dejaron país. Por suerte para vos, país, hay todavía quien se indigna y registra y cuenta y denuncia y al hacerlo, quizá hasta sin quererlo, está pidiendo cuentas.

 

Tras esas imágenes que claman, hay treinta años de saboteo contra el Hospital Universitario, contra la parte de pueblo (unas 3000 personas diariamente) que se atiende allí porque no tiene otra posibilidad. También contra la Universidad pública, contra el país del estudio y del saber.

 

Es mucho lo que dicen esas fotos de colores desvaídos. En su silencio cuentan una historia cargada sentidos y de dolor: la historia del orgullo de lo que fuimos, en 1953, cuando se inauguró el Hospital Manuel Quintela, cuando era el más grande y quizá el mejor de América Latina y la vergüenza de lo que es hoy.

 

Y esa historia es un relato que enseña, un relato ilustrativo y a la vez indignante. Más que decenas de discursos o artículos de agitación política.

 

De lo que fuimos a lo que somos. En el medio, las recetas del FMI, los ladrones de cuello blanco, las grandes fortunas que se han ido del país, los barrios privados en las zonas residenciales, el despilfarro y la frivolidad de las clases dirigentes.

 

De la sociedad democrática al país donde manda la plutocracia.

 

3- La otra parte del tríptico presentado por Daniel Machado, llamada «La Familia Rodelu», la otra es «la Cárcel Rodelu», está contenida en el video que se exhibe en el Centro.

 

Se trata de una serie de imágenes tomadas en el interior de una casa del Barrio Goes Una casa habitada, hace unos 30 años, por una familia de clase media bastante acomodada.

 

El disparador de la máquina digital de Machado acciona para captar las imágenes de la familia y de la casa. Y de lo que queda de aquel antiguo esplendor. Un esplendor exiguo, bien moderado, por cierto. Un bienestar casi austero, muy uruguayo.

 

Pasmado, el espectador se pregunta ¿de dónde son estas fotos, a la vez tan familiares, tan humanas y tan lacerantes? ¿Acaso de Varsovia o de alguna otra ciudad desvastada en la segunda guerra?
¿Qué calamidad pasó por aquí, qué sismo destruyó esta familia, estos muebles, estas paredes de la casa?
Por segunda vez las fotos de Machado nos preguntan desde el silencio ¿Qué pasó con Uruguay?
¿Qué dejaron que le hicieran a este país? ¿Qué es lo que nos ha dañado así y no figura en ninguna crónica de batallas perdidas pero heroicas, ni de sitios, ni de viejas ni nuevas Troyas?

 

Fuimos y ya no somos. Teníamos y ya no tenemos. Entenderlo cuesta, pero los más viejos algo sabemos.

 

4- Daniel Machado aprendió a descubrir los signos de una guerra encubierta. La guerra que han llevado adelante los que nos subdesarrollan, los que nos depredan y saquean.

 

Y al hacerlo, quizá sin proponérselo, con la intuición del artista, nos está hablando de la lucha que tendremos que dar para poner fin a ese saqueo. Para volver a vivir. Para que la salud esté al alcance de todos. Para que la dignidad como pueblo nos sea devuelta y las heridas reparadas.

 

Propongo, por esta vía inorgánica, que en las próximas conversaciones con los delegados del Fondo Monetario Internacional, la delegación uruguaya encabezada por el Ministro de Economía Danilo Astori proponga, antes de empezar cualquier discusión, que se exhiban, ante los funcionarios extranjeros, dos breves videos: El Hospital Rodelu y La Familia Rodelu.

 

Será una forma de explicar, en forma breve y sin saturar con cifras aburridoras, todo el mal que nos han hecho las recetas que nos han impuesto, con complicidad de blancos y colorados, en los últimos cuarenta años.

Y que entiendan por qué, los uruguayos ya no queremos seguir más siendo objeto de ese saqueo.

 

Nota: al proyecto rodelu se puede acceder por la Web: http://b.1asphost.com/electrico/rodelu/

 

https://rebelion.org/imagenes-de-una-guerra-encubierta/

Guerra no convencional

Por Editores Wikipedia

La Guerra No-Convencional (GNC), son un conjunto de estrategias que pretende intervenir o injerir en un país con intencionalidad política de dominación sin usar la tecnología bélica como: armas, tanques, bombardeos, por mencionar algunos, que suelen ser usado comúnmente en la "Guerra convencional (GC)". La finalidad es lograr una penetración física, política, económica y cultural de un país poderoso en otro en desigualdad de condiciones, con el objetivo de someterlo y expropiarlo de sus bienes o recursos. Esta estrategia resulta en muchas ocasiones eficaz por el hecho desencadenar caos y miedo en la población del país enemigo al implementar agentes u oficiales de manera encubierta.1

La guerra no-convencional no es un método nuevo. De acuerdo a revelaciones publicadas por el gobierno de los Estados Unidos, ha sido empleado en varias ocasiones por sus tropas como ocurrió en el Proyecto Eldest Son durante la Guerra de Vietnam y en varias operaciones en la Segunda Guerra Mundial.

Índice

1 Antecedentes

1.1 Surgimiento de la GNC

2 Características y Objetivos de la GNC

2.1 Características

2.2 Objetivos

3 Referencias

4 Enlaces externos

Antecedentes

La guerra se define como la lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.2

La guerra puede clasificarse en dos grupos: La Guerra Convencional (GC) y La Guerra No-Convencional (GNC).

En la Guerra convencional existe un enfrentamiento armado físico entre los beligerantes, y sus objetivos principales son la destrucción del ejército enemigo y de su infraestructura, o en su defecto el debilitamiento.

En la Guerra no-convencional usualmente no existe un enfrentamiento físico entre las fuerzas militares de las naciones en conflicto, este tipo de guerra se basa en la idea de que es posible desestabilizar al enemigo a través del miedo, hasta el punto de lograr que haga grandes concesiones para obtener la paz, sin importar si este aun es capaz de continuar la guerra. Las fuerzas u objetivos son secretos, o no están bien definidos; las tácticas y las armas intensifican el entorno de subversión, miedo y generalmente, lo que se trata de obtener es la coerción o la subversión de un cuerpo político.

Los país que suelen aplicar la guerra no-convencional no usan la fuerza desmedida de un arma convencional, si no que a través de medios creativos, innovadores, tecnológicos y tácticas sigilosas, logra llevar cabo los propósitos que se plantean. En la guerra no-convencional los objetivos de guerra son usualmente psicológicos y coactivos, y los elementos de las fuerzas armadas usualmente trabajan independientemente y es común que se encuentre infiltrados.

Estudios sobre la evolución de las guerras aseguran que el empleo de métodos de Guerra no Convencional data de la antigüedad. Durante el período de la Guerra Fría, el mando militar de Estados Unidos desarrolló campañas de guerra no-convencional para tratar de lograr sus objetivos sin arriesgarse a una contienda generalizada con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Tras el fiasco estadounidense en Vietnam, y para enfrentar el auge de los movimientos de liberación nacional en diferentes partes del mundo desarrolló la doctrina de los “conflictos de baja intensidad”, referente doctrinal cercano a la Guerra no-convecional.

Surgimiento de la GNC

Como concepto, ha formado parte del cuerpo doctrinal de las Fuerza Armada estadounidenses desde la Segunda Guerra Mundial, pero es a partir de la década de los 50 que se conoce con la denominación actual.

La incapacidad demostrada por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para tener éxito en escenarios de guerra irregular, junto a otros factores derivados de esas propias guerras tanto en lo político, moral y psicológico, como en los aspectos técnico-militares, y de la endeble situación económica por la que atraviesa, ha obligado al mando político-militar estadounidense a retomar enfoques que, aunque igualmente agresivos, tienden a hacer prevalecer la guerra “a distancia”, con poca o ninguna presencia directa de sus fuerzas terrestres en el terreno.

Esto se imbrica convenientemente con las estrategias de la administración del presidente Barack Obama, que abogan por “liderar desde atrás”, comprometer el mínimo de fuerzas y apoyarse, hasta donde sea posible, en elementos locales y de países aliados, a la vez explotar las vulnerabilidades del adversario, para desgastarlo paulatinamente y provocar su colapso. Esto es lo que se suele llamar como “Poder Suave, Poder Inteligente, o Huella Ligera” y otras numerosas denominaciones que confluyen en su objetivo: Derrocar gobiernos que no se someten a sus intenciones.

Según la Circular de Entrenamiento 18-01 (TC- 1801), uno de los principales documentos doctrinales norteamericanos sobre la Guerra No-Convencional de las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército de Estados Unidos, fechada en el año 2010, se trata de aprovechar las posibles vulnerabilidades del Gobierno a derrocar; distanciarlo de la población; desplazar a la porción de la ciudadanía que actúa de manera neutral hacia posiciones en su contra; explotar estos elementos a través de la subversión, y cuando esta no conduzca a los resultados estratégicos deseados, recurrir al conflicto armado a través del fomento de la insurgencia, que actúe de manera irregular y conduzca a la inestabilidad incontrolable e impida gobernar. En tal sentido deben jugar un papel protagónico, según el propio documento, los medios de comunicación masiva y las modernas tecnologías de la informática y las comunicaciones, en función de las acciones subversivas.3

De acuerdo a la TC-1801, la Guerra No-Convencional es:

"El conjunto de actividades dirigidas a posibilitar el desarrollo de un movimiento de resistencia o insurgente; para coaccionar, alterar o derrocar a un gobierno; o tomar el poder mediante el empleo de una fuerza de guerrilla auxiliar y clandestina”, aprovechando, promoviendo y contribuyendo casi siempre de modo directo aunque encubierto a alentar las vulnerabilidades económicas, políticas y militares del adversario seleccionado."4

La guerra no-convencional conjuga una red de tanques pensantes (think tanks), fundaciones, fondos, y demás organizaciones que están detrás de la desestabilización abierta de naciones soberanas. Sus narrativas en las políticas públicas o para el consumo público son engañosas y persuasivas. Su función es cooptar a los pensadores progresistas, medios de comunicación y activistas.

Fundaciones, financiamientos, equipamientos, adiestramientos, mercenarios, manipulación; y mucha persuasión a través de los medios de comunicación, son algunas de las técnicas utilizadas por los Departamento de Estado, con la finalidad de socavar las bases de los gobiernos.

Características y Objetivos de la GNC

Características

  • Rebajar los estándares de la vida civil a través de prácticas inhumanas (escasez de productos de consumo diario y tecnológico).
  • Generar guerra mediática para desprestigiar y justificar las acciones injerencistas, por medio de campaña internacional y nacional sobre la inseguridad.
  • Utilización de un gran aparato financiero exógeno que subvenciona los actos callejeros, de terrorismo urbano o contra bienes de las naciones.
  • Cuenta con el apoyo secreto de grupos militares y civiles opositores a quienes se les dota e instruye en cursos para la elaboración de armamentos y tácticas ataques.
  • Provoca el miedo en la población civil a través de las campañas mediáticas.
  • Crea a través de los medios clima de desconfianza y desesperanza sobre las actuaciones del gobierno en la población del país.
  • Crea un estado de conflictividad civil para el quiebre moral de los partidarios del modelo de Estado.
  • Viola los derechos humanos de la población y violentar los derechos y acuerdos internacionales.
  • Utiliza la técnica del rumor en las calles y demás espacios para generar confusión y malestar en la población.
  • Usar medios de internet como las redes sociales con fines desestabilizadores.
  • Generar disturbios.
  • Una vez que los enfrentamientos civiles se complican viene la intervención de las negociaciones de paz, mientras tanto se intensifican la violencia con la presencia de grupos armados, luego se produce la invasión y la guerra convencional, hasta destruir los pueblos, la población civil, su cultura, historia, monumentos y arquitectura.5

Objetivos

  • Reducir, disminuir o minimizar al enemigo elegido hasta vencerlo.
  • Dominar otras naciones.
  • Expoliar de las riquezas naturales a otros pueblos.
  • Apoderarse de sus condiciones geopolíticas estratégicas para no sólo su expansión territorial sino para imponer su modelo y subyugar a los pueblos.
  • Destruir el país con armas de cualquier tipo, para luego comenzar el negocio de la reconstrucción.
  • Como objetivo final, crear un mundo unipolar al tratar de implementar un nuevo orden mundial en donde las grandes potencias sean quienes rijan la economía, la conducción social y la política del planeta.

Referencias

Bajo el estandarte de la Guerra No Convencional, CubaDefensa.cu

Definicion de Guerra

 TC1801 La Guera no-convencional (GNC) Fuerzas especiales, http://www.cubadefensa.cu/sites/default/files/circular_TC1801.pdf

La Guera no-convencional (GNC), CubaDefensa.cu

 Caracteristicas de la Guera no-convencional (GNC), http://www.radiorebelde.cu/noticia/el-entramado-guerra-no-convencional-20140408/

Enlaces externos

Project Eldest Son (En inglés) Ejemplo de las consecuencia de la Guerra No-Convencional.

La Guerra Híbrida Capítulo I Serie de Daniel Marmolejo y 4a. República. https://youtu.be/lorki0Taaq0

 

Operación encubierta

Por Editores Wikipedia

Una operación encubierta, es una operación planificada y que se ejecuta para ocultar no sólo identidades de una persona. De ahí que,

«Una operación planeada y ejecutada para ocultar la identidad de su autor, tratando de obviar las consecuencias legales de ella. Una operación encubierta se diferencia de una operación clandestina en el énfasis para ocultar al hecho en vez de ocultar la operación per se». (Fuente: The U.S. Department of Defense Dictionary of Military and Associated Terms — Joint Publication JP1-02)

Índice

1 Definición

2 Aspectos culturales

2.1 Televisión

3 Véase también

4 Referencias

5 Enlaces externos

Definición

Esta es la definición usada por todas las agencias de inteligencia y grupos militares, incluyendo al Comando Especial de Operaciones. Es aceptada (y, de facto, terminología británica) siendo reconocida por todas las naciones de la OTAN.

Básicamente, una operación encubierta es aquella que irá a ser conocida por el mundo o por el enemigo, pero la responsabilidad no será rastreada ni menos probada.

En otras palabras, agencias como la CIA tienen permitido cometer actos terroristas contra enemigos de Estados Unidos o para defender a sus aliados de tal forma que resulte imposible detectar quién estuvo detrás. El objetivo final final es cometer crímenes sin que el gobierno pueda ser juzgado responsable. El detalle exacto de cómo funciona el sistema se puede encontrar en la Wikipedia en inglés, o bien en el NSC 5412/2 desclasificado en 1977.

«Encubierta» es confundida a menudo entre los militares o civiles con «sigilosa». El sigilo y el secreto son una de las características más deseadas de las planificaciones militares y para aproximarse a sus blancos. Provee el elemento sorpresa y reduce la resistencia. Pero el sigilo no es encubrimiento, y el encubrimiento no es sigilo. Una de los tipos de operaciones encubiertas, son las llamadas Operaciones Negras o «Black Ops».

Aspectos culturales

Televisión

Véase también

Referencias

  • Shultz, Richard H., Jr. The Secret War against Hanoi: Kennedy's and Johnson's Use of Spies, Saboteurs, and Covert Warriors in North Vietnam. HarperCollins, 1999. ISBN 0-06-019454-5.
  • The U.S. Department of Defense Dictionary of Military and Associated Terms — Joint Publication JP1-02, dated 05 January 2007.

Enlaces externos

Operación Encubierta

 

por Jon Rappoport

27 Junio 2014

Sitio Web JonRappoport

Traducción de El Robot Pescador

8 Julio 2014

Sitio Web ElRobotPescador

 

Operación Encubierta:

"Operación planeada y ejecutada para ocultar la identidad de su autor, tratando de obviar las consecuencias legales de ella.

 

Una operación encubierta se diferencia de una operación clandestina en el énfasis para ocultar al hecho en vez de ocultar la operación per se".  Wikipedia

 

Cada operación encubierta necesita una historia que la encubra. Es decir, al público se le debe hacer mirar en la dirección errónea para que no descubra la verdad.

 

Esa historia de encubrimiento no sólo oculta la identidad de los responsables, sino que además otorga un significado equívoco al evento organizado. Le otorga un título erróneo.

 

Pongamos un ejemplo:

 

v  se inicia una guerra con el fin de llevar a la quiebra a varios gobiernos. Pero al público se le dice que la guerra se inicia, "para proteger la democracia".

 

Y es que las principales operaciones encubiertas siempre buscan alcanzar más de un objetivo.

 

Para empezar, las guerras provocan la quiebra de los gobiernos; eso da lugar a tratados de paz que crean estructuras cooperativas más grandes que las que existían anteriormente, abarcando varias naciones. Pero al final resulta que los hombres que dirigen esas nuevas estructuras más grandes son los mismos que en realidad desencadenaron la guerra.

 

Eso significa que al final terminan con más poder que el que tenían antes de la guerra.

 

Ese es el objetivo fundamental de la mayoría de conflictos.

 

Pistas falsas

 

Las operaciones encubiertas de gran tamaño e importancia deben incluir la preparación de pistas falsas.

 

Así, los investigadores que quieren descubrir la verdad oculta tras la operación, encuentran pistas que les llevan por caminos que con el tiempo les llevan a callejones sin salida.

 

En el proceso, descubren a autores que no son realmente culpables de lo que sucede. Descubren motivos que no son verdaderos motivos. Simplemente van recogiendo sugerencias que fueron depositadas como migas de pan para conducirlos por el camino del engaño.

 

En el caso hipotético de que se revele algún elemento real de la operación encubierta, hay una fácil solución: se realiza una confesión. Se ofrece un mea culpa, pero sólo en relación a factores relativamente triviales.

 

Una confesión del tipo:

 

v  "Sí, nuestra agencia cometió errores y esos errores llevaron a la pérdida de fondos públicos. Pero estamos tomando medidas para asegurar que nada de esto vuelva a suceder…"

 

Por supuesto, con el fin de "tomar medidas", la agencia necesitará disponer de un presupuesto más grande.

 

Es decir, a través de una confesión bien dirigida, aún se puede obtener un beneficio… es una práctica habitual.

 

Estrategia de las operaciones encubiertas dentro de otras operaciones encubiertas

 

La estrategia de las "operaciones ocultas dentro de las operaciones ocultas" consiste en crear una serie masiva de operaciones encubiertas conectadas entre sí, durante un largo período de tiempo, formando una especie de estructura jerárquica que conduce a un objetivo final.

 

De esta manera, la identificación y el descarrilamiento de un puñado de operaciones encubiertas no detiene el programa en general.

 

Por ejemplo, un objetivo final podría ser el siguiente:

 

v  el triunfo del globalismo.

 

Esto significa someter a las naciones y a los pueblos del mundo bajo un solo sistema de gestión unificado a escala mundial.

 

Ese sistema estaría conformado por un enorme cuerpo burocrático dirigido en su parte superior por un pequeño grupo secreto que eventualmente tomaría todas las decisiones importantes sobre aspectos como:

 

v  la política

v  la economía

v  el dinero

v  el crédito

v  la producción y la distribución de bienes y servicios

v  la energía

v  el uso de la fuerza militar

v  los contenidos de los medios de comunicación y propaganda

v  los tratamientos médicos

v  el poder de las mega-corporaciones

v  los recursos naturales

v  los alimentos

v  el agua

v  la geoingeniería

v  la libertad de expresión

v  la educación

v  la geo-distribución de las poblaciones,

v  ...etc...

 

Para crear esta realidad global, se deben promulgar y ejecutar varios sistemas de control mental, adoctrinamiento, auto-control y condicionamiento operativo.

 

Tal conspiración (a la que llamaremos "globalismo") no necesita de la cooperación consciente de muchas personas que conozcan la existencia de las operaciones secretas. Ese es un punto de vista infantil repetido intencionadamente por idiotas, crédulos e infiltrados que tratan de desacreditar las teorías de la conspiración y confundir las mentes más simples.

 

La clave radica en la compartimentación.

 

Se trata de tomar cada grupo por separado y asignarle varias tareas diferentes, cada una enmascarada por consignas "humanitarias" y con ello obtendrá a grupos de personas ansiosas por cumplir la misión asignada.

 

Tan sólo las pocas personas que están al cargo de las operaciones ven el panorama general y entienden cómo las tareas separadas (operaciones encubiertas) se combinan entre sí para lograr el objetivo final general.

 

El arte de la creación de operaciones encubiertas implica la coordinación de dichos mecanismos para producir el resultado deseado.

 

El papel de los medios de comunicación

 

Entonces, solo hace falta la intervención de los medios de comunicación y propaganda, encargados de inculcar la siguiente idea en la población:

 

v  "Los acontecimientos que están teniendo lugar en el mundo no están relacionados. Las crisis y los problemas que estallan por todo el mundo de forma separada, no tienen una causa central".

 

Para ver este mecanismo de engaño en acción, simplemente, mire los noticiarios de la noche.

 

Es un ejercicio destinado a generar mentes repletas de particiones separadas y no relacionadas entre sí. Las historias estallan, se encubren y luego desaparecen, para ser reemplazadas posteriormente por nuevo material.

 

Y es que el papel principal de los medios de comunicación es inducir memoria de corto plazo y amnesia a largo plazo.

 

Junto a los medios de comunicación, una lluvia continua de propaganda lo inunda todo, instando a la primacía del grupo, de la masa y del colectivo más allá de las preocupaciones "egoístas" del individuo.

 

Con ello se pretende borrar el concepto mismo de "individuo". ¿Por qué?

 

Pues porque el individuo libre, potente e independiente, es el único que puede exponer cómo "el grupo" está siendo recreado y manipulado todos los días como símbolo mitológico.

 

Un símbolo mitológico de falsa esperanza, de dependencia, de pasividad, de consentimiento, de entrega y envolvimiento patriótico en la bandera bajo el "liderazgo humano iluminado de los gobernantes"

 

Y si nos fijamos bien, eso no deja de ser una nueva versión de religión organizada. Una religión que ya no necesita de un "Dios".

 

Una religión que sólo necesita una clase de sacerdotes dirigentes que prediquen el rescate de los ciudadanos…

 

https://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/sociopol_falseflag16.htm

 

Problemática 015:  La Guerra Encubierta ¿estrategia  de la guerra híbrida o un tipo de guerra imperialista?

 

TEXTOS DE ESTUDIO

1.     Las guerras encubiertas del siglo XXI. Por Sandy E. Ramírez Gutiérrez

2.     Teoría de conspiración.  Por Daniel Espinosa

3.     Guerras encubiertas. Por Piero Gleijeses

4.     El entramado de la Guerra No Convencional. Por Angélica Paredes López

5.     Israel acusado de llevar a cabo una Guerra encubierta en Oriente Próximo. Por Subcomandante Marcos

6.     Guerra encubierta de Israel contra el programa nuclear iraní. Por Subcomandante Marcos.

7.     Imágenes de una guerra encubierta. Por Hugo Cores

8.     Guerra no convencional. Por Editores Wikipedia.

9.     Operación encubierta. Por Editores Wikipedia.

10.  Operación Encubierta. Por Jon Rappoport

 

PREGUNTAS GENERADORAS

1.- ¿Cuáles son los cinco aspectos más sobresalientes que tienen en común los textos de estudio?

2.- ¿Cómo está involucrado EEUU con sus instituciones en las guerras encubiertas contra quienes define como sus adversarios?

3.- ¿Cuales son las principales herramientas que usa EEUU en las guerras encubiertas?

4.- Haga una relación de los argumentos del actor agresor para llevar a cabo guerras encubiertas que han destacado los autores en sus textos.